Reutiliza el agua sobrante

REUTILIZACIÓN: UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA EL AGUA

El agua regenerada adquiere un inmenso valor, pues se puede destinar a diferentes usos sin tener que usar para ello agua potable; además, en casa podemos también darle una segunda vida al agua que usamos

 

Es posible que alguna vez, mientras dabas un paseo por cualquier punto de la isla donde exista un parque público, te hayas topado con un cartelito clavado en el terreno con el siguiente letrero o similar: «Riego con agua regenerada no potable». Quizás entonces te haya surgido la duda, ¿qué tendrá de especial esa agua? Lo cierto es que mucho, pues se trata de litros que están gozando de un nuevo uso, de una segunda vida diferente a la que un día tuvieron. Empecemos por el principio.

Las aguas residuales procedentes de nuestros usos cotidianos en casa se transportan a través de redes de alcantarillado hasta las EDAR (Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales). Allí, se somenten a unos procesos de saneamiento que permiten devolverlas a la mar en condiciones óptimas para el medio ambiente. Durante la depuración, se eliminan los desperdicios, grasas flotantes y, en general, todos los elementos gruesos que pueda contener el agua, además de los materiales decantables y la materia orgánica biodegradable.

Sin embargo, este proceso puede ir un paso más allá en busca de una mayor eficiencia. Así, en algunas depuradoras las aguas residuales se someten a un tratamiento adicional o complementario que permite adecuar la calidad del agua para que esta pueda emplearse en usos no relacionados con el consumo humano: riego de parques y jardines, e incluso, riego de terrenos agrícolas.

Canal Gestión Lanzarote gestiona 8 EDAR en las que se produce agua regenerada y opera una red específica de algo más de 500 kilómetros para facilitar su distribución.

 

Cómo reutilizar el agua en nuestro hogar

 

Nosotros también podemos darle una segunda oportunidad al agua que consumimos en nuestros hogares. Se trata de poner en práctica pequeños gestos en los quehaceres cotidianos que, eventualmente, también contribuyen al ahorro. Desde aquí proponemos algunos trucos que pueden resultar de utilidad:

Aprovechar el agua fría de la ducha: a la hora de ducharnos, suele resultar habitual que se pierda por el desagüe una cantidad considerable de agua mientras esperamos a que se ponga caliente. Para evitarlo, podemos colocar un cubo para recoger el agua fría que sale al comienzo. Después, podremos utilizarla para regar las plantas, fregar los platos o el suelo. A propósito de este consejo, ya existen en el mercado bolsas específicas que se cuelgan de la ducha y permiten recoger, almacenar y transportar esa agua con mayor facilidad para utilizarla posteriormente.

No tirar el agua en la que hervimos la verdura: después de hervir verduras, acostumbramos a verter el agua sobrante por el fregadero. Si en lugar de tirarla, la utilizamos para regar las plantas -siempre y cuando no le hayamos echado sal-, estaremos ahorrando agua de forma sencilla y, además, les aportaremos nutrientes extras a nuestras plantas.

Recoger el agua de lluvia: con cubos, contenedores u otros sistemas de recolección del agua pluvial, podemos aprovechar para almacenar el agua de lluvia -si tenemos patio, por ejemplo- y luego emplearla para fregar el suelo o rellenar la cisterna.